martes, 6 de enero de 2009

EN LA PISCINA


En este caso me voy a referir a la conducta, de nuevo ilógica, que suelen seguir las personas en la piscina del Gimnasio a la hora de nadar, por ejemplo, en un carril en el que hay 3 personas, 2 de las cuales son claramente más lentas que la 3ª.

El caso es el siguiente (lo cuento en 1ª persona porque, no siendo yo, en absoluto, el hombre más rápido del mundo nadando, sí suelo ser de los más rápidos a nivel “amateur” o, por lo menos, de entre los que entrenan a 1ª hora de la mañana en la piscina de mi gimnasio..): en el momento en el que entro en la piscina y veo que hay 2 personas en cada carril, ya sé que, si quiero nadar, deberé compartir carril con otras dos personas más, es lo que hay.. Dicha circunstancia no sería realmente determinante si no fuese, como digo, por la “mala conducta” o “falta de educación” que tiene mucha gente (la mayoría, diría yo incluso), a la hora de compartir carril con otras 2 personas.

Así las cosas, yo, que suelo nadar claramente más rápido que las otras 2 personas del carril, me encuentro, constantemente, en la siguiente tesitura: cuando estoy llegando a uno de los bordes (u “orillas”, como les suelen llamar) de la piscina, constantemente, una de las otras dos personas llega “a la par” que yo a dicha orilla, si bien unas décimas de segundo antes (y no porque sea más rápida que yo sino, simplemente, porque en el mismo tiempo he nadado más piscinas que ella y, en ese momento, estoy volviendo a llegar a su altura..); pues bien, en esos casos, dicha persona, en lugar de esperar unas décimas de segundo a que yo salga delante de ella (recordad que en las piscinas se nada siempre por la parte derecha del carril, tanto a la ida como a la vuelta y que, por tanto, hay que pasar de una parte del carril a la otra tras llegar a la orilla contraria), va y sale delante de mí (pareciera que sólo para fastidiar), y ya está el lío montado: si hubiese esperado a que saliera yo delante, no habría habido ningún inconveniente para nadie, pues yo nadaría a mi ritmo, ella al suyo y nadie molestaría a nadie..; pero en este caso, en cambio, lo que esa persona me acaba de hacer es lo que yo llamo el clásico “bocadillo”, es decir, si salgo detrás suyo, en un segundo estoy encima de ella, y no puedo nadar a mi ritmo, tengo que ir al suyo, porque VIENE LA 3ª PERSONA EN SENTIDO CONTRARIO, DE FRENTE, y, por tanto, no puedo adelantar, so pena de chocarme con dicha 3ª persona; y si no salgo y espero a que la 2ª persona nade, al menos, una parte del largo, pierdo el ritmo igualmente ¿comprendéis la “putada” que me acaba de hacer..?

Por tanto, y por culpa de maniobra tan egoísta, me veo obligado, o bien a esperar, o bien a ir al ritmo de la persona que “tan amablemente” ha decidido salir delante de mí, pese a saber bien que mi ritmo es mucho más rápido que el suyo y que, por no esperar unas décimas de segundo a que salga yo delante, me acaba de “cortar” (tal como suena), todo mi entrenamiento, simplemente por mirar sólo por sí misma y no por todos a la vez (que no se trata tampoco de que mire por los demás y no por sí misma, tampoco estoy pidiendo eso), ¿qué os parece a vosotros..? ¿creéis que se puede consentir un comportamiento tan egoísta..?


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