domingo, 15 de noviembre de 2009

LA GRAN BODA DEL SIGLO XX



En las imprentas de Mónaco entre tanto, se trabajaba a pleno ritmo para imprimir el amplio programa de festejos, en costosas cartulinas adornadas con una corona de oro. De los seiscientos periodistas legados de todos los rincones del mundo, muchos solo encontraron alojamiento a una gran distancia de Mónaco. La carretera principal estaba llena de coches, motocicletas, autobuses y turistas, que acudían en gran número de todos los países europeos a esta boda de cuento de hadas.
Los festejos se iniciaron con una recepción de gala en el Club Sporting de Montecarlo. Servidores con librea, con chalecos de terciopelo y galones dorados, así como pelucas blancas empolvadas extendían, según las reglas del protocolo de palacio. Las alfombras para la ilustre concurrencia. La balaustrada del gran salón estaba adornada con narcisos blancos y rosas rojas, en tanto que en las paredes y techo se veían gran número de piedras brillantes.
En ese momento llovieron desde un helicóptero millares de claveles blancos sobre la futura “madre de la patria”. Desde el puerto la novia se encaminó en un Cadillac negro a la residencia en que con todos sus parientes se instalarían hasta la ceremonia, en tanto que el novio se alojaría en su villa de Cap Ferrat. Ante la puerta de la casa del novio esperaba la servidumbre para saludarla. Precedidos del padre Francis Tucker, se dirigieron todos a San Juan Bautista para dar las gracias por la feliz travesía del Atlántico. Pero la novia consideraba el protocolo de la suntuosa mansión menos importante que una invitación prometida a una de sus amigas.
Algo había fallado; hizo llamar al funcionario, encargado del asunto, al salón y le ofreció la primera prueba de que no estaba dispuesta a hacer concesiones cuando se trataba de cumplir una de sus órdenes. Esto causó un retraso de tres cuartos de hora, tanto más penoso cuanto que a los invitados antes de la llegada de los novios no podía servírseles ningún refrigerio. El 19 de abril los invitados, con sus tarjetones, se encontraban acomodados en los sitiales que a cada uno se le había reservado en la amplia nave central de la catedral. Una hora más tarde entraba la novia Grace del brazo de su padre y tuvo lugar la solemne ceremonia del enlace matrimonial de los contrayentes. A la población toda del Principado se le obsequió con festejos conmemorativos del feliz acontecimiento.

Bloggero Invitado: Avi.

jueves, 15 de octubre de 2009

BLOG ACTION DAY: EL CAMBIO CLIMÁTICO



Estoy escribiendo esta entrada gracias a una interesante iniciativa llevada a cabo en Internet por el Sr. Robin Beck, consistente en escribir, en todos los lugares y en todos los idiomas del mundo, cada uno en su propio Blog, un post alrededor del tema del Cambio Climático para concienciar a todos de la importancia de dicho tópico (que, dicho sea de paso, no por ser un tópico dejar de ser algo extremadamente importante e inquietante). Asimismo, el hecho de que muchas ONG´s (Oxfam, Greenpeace, etc.) estén implicadas en el proyecto, lo hace aún más atractivo si cabe. Por último, te hacen poner un asterisco en la casilla que más te atrae de entre los principales temas de discriminación que hay en el mundo para, entiendo yo, los Blogs ganadores del, digamos, “concurso” sobre los mejores posts puedan donar a dicha causa los premios otorgados, y eso ha sido lo que me ha hecho acabar de decidirme por algo tan sencillo como es escribir una simple entrada en mi Blog sobre el mencionado Cambio Climático y sus posibles consecuencias.

Pues bien, dicho esto, a continuación expongo mis puntos de vista sobre el Cambio Climático y los peligros que, a mi juicio, el mismo puede comportar a nuestro Planeta Tierra.
Para ello, parto de un elemento de juicio muy básico y claro de exponer y de imaginarse: ¿cuál será el mundo que le dejaremos a nuestros hijos (en mi caso tengo uno de casi 2 años)..? ¿qué futuro les espera si les dejamos un mundo completamente “destrozado”..? Hay quien dice que, de seguir así, a nuestros hijos o nietos, dentro de no tanto tiempo –se habla de unos 50 años, que no es nada- puede que les llegue a faltar incluso el agua potable, el agua natural para beber (los más alarmistas dicen que este hecho podría incluso ser el causante de una 3ª Guerra Mundial, esperemos que no..); en cualquier caso, ¿cómo estará el mundo dentro de 20, 30 ó 40 años si seguimos con el proceso actual de “destrucción” del Mundo y de sus recursos naturales..?

Parece que el hombre haya pensado siempre que el Mundo y sus recursos son inacabables, que podemos ir haciéndole todas las “maldades” que queramos y que éste será siempre como un “perrito fiel”, que el pobre aguanta estoicamente una tras otra las trastadas a las que le vamos –sobre todo los niños pequeños, que no saben lo que hacen (tal es el caso de mi hijo con la perrita de mis padres)- sometiendo, pero nadie –o muy poca gente- parece preguntarse: ¿es eso realmente así..? ¿son realmente infinitos dichos recursos o existe, de forma fehaciente, la posibilidad de que se agoten..?

Como se ha venido diciendo, la mano del hombre es inexorable, va desgastando la Tierra en que vivimos a pasos agigantados –hace tiempo que se sabe que el deterioro del Planeta en estos últimos 100 años ha sido superior al habido en los 4.600 millones de años anteriores que hace que existe- y eso es algo que, independientemente de las opiniones que tenga cada uno, es así, es claro y nadie puede contradecirlo, ya que es un hecho demostrado científicamente.

El Siglo XX (y lo que va del XXI), por tanto, ha sido el de mayor impacto medioambiental, con la aparición de los combustibles (mención especial para el CO₂ vertido en la atmósfera por vehículos, industrias, etc., el elemento más “emblemático” de todos cuantos han comportado el cambio climático, el factor “por excelencia” y más conocido por todos como causante máximo de dicho proceso), los plásticos y sus derivados, la inacabable destrucción de selvas y bosques, la continua tala de árboles ya sea para realizar zonas urbanizables, para producir papel, etc., en fin, los cientos y miles de elementos que han originado este proceso y que han llevado a la situación actual y que no es motivo del presente escrito el enumerarlos sucintamente si no tan sólo el mencionarlos someramente para ser conscientes de ello.

Pues bien, llegados a este punto, en el que todos somos –o debiéramos ser- conscientes de haber provocado y desencadenado este daño causado a nuestro Planeta (que levante la mano el que no haya cometido durante su vida cualquiera de las atrocidades que tanto lo han perjudicado), ahora la clave está en el futuro, en el “qué pasará” a partir de ahora: todos podemos reconocer (aunque también haya quién no lo haga, por supuesto), que son muchos los perjuicios que le hemos provocado, muchas las salvajadas realizadas, y muy grande el deterioro sufrido por la Tierra hasta ahora (glaciares deshaciéndose, zonas donde siempre ha hecho calor sufriendo un clima inestable, desapareciendo cada vez más lo que siempre hemos conocido –al menos en España- como las “Estaciones”, cada vez más zonas desérticas por todo el mundo, la Naturaleza cada vez más escasa y debilitada, decenas de especies animales desaparecidas o en peligro de extinción y, de nuevo un largo etcétera que no me voy a entretener en relatar aquí..), pero ahora se trata de decidir qué queremos hacer a partir de ahora, en el futuro –bueno, quizás debería decir mejor en el “presente”, para que realmente pueda haber un “futuro”-, ya que la situación en este punto es ya muy muy delicada y, o tomamos todos cartas en el asunto (políticos, empresas, instituciones y, por supuesto, las personas en general) o, simplemente, no habrá “Mundo” que dejarles a nuestros descendientes, honestamente..

Está claro que lo que hay que hacer ahora es concienciarnos todos –empezando por los Políticos, que deberían llevar a sus país a cumplir sin condiciones los protocolos de Kyoto y de Copenhague, y siguiendo por cada uno de nosotros...-; se trata ahora, por parte de la persona “de a pie”, de intentar cumplir con unos requisitos mínimos que, yo creo, no son para tanto: evitar en lo posible coger el coche y/o la moto para desplazarse, reciclar los deshechos, residuos y envases –tirando cada uno de ellos al contenedor correspondiente-, no destrozar la naturaleza cuando nos encontremos en ella, no dejar desperdicios tirados en ella, evitar al máximo la utilización de plásticos en cualquiera de sus modalidades, y de nuevo un –en este caso “pequeño” etcétera con las normas que se nos comentan día a día que deberíamos respetar y que, desgraciadamente, aún hoy día mucha gente no cumple.

Y por último, me gustaría destacar aquí, utilizando esta “plataforma”, que entre todos debemos lograr que, de una vez por todas, las industrias y plantas manufactureras dejen de emitir esas ingentes cantidades de CO₂ a la atmósfera que llevan años y años emitiendo (ni siquiera me vale que compren los mal llamados “derechos de contaminación” –la verdad es que no puedo entender como una empresa puede tener derecho a “comprar” algo así..), pues, pese a que me consta que hay organizaciones como Greenpeace y muchas otras que llevan años y años detrás de estos temas, parece que hoy por hoy, hay tantos intereses creados que no hay forma humana de erradicar este tema, y muchas de ellas siguen contaminando la Atmósfera día sí, día también, en cantidades ingentes; sirva como ejemplo de esto que digo –lo que no debería ser pero es-, el caso de la Cementera de Montgat que, pese a que la he denunciado ante diversos grupos ecologistas en numerosas ocasiones –y me consta que ellos lo han hecho a su vez ante las autoridades-, hasta ahora no ha habido de manera de contener sus emisiones diarias y, lastimosamente, cada día tengo que ver cómo esa enorme columna de humo gris-negruzco que sale de su chimenea, deteriora continuamente –las 24 horas del día, por cierto- nuestro precioso cielo azul..
Espero, modestamente, que esta entrada haya servido para, al menos, concienciar a alguna persona más sobre la importancia de este tema y, si así fuera –o si, al menos consiguiese que una sola persona se detuviese un instante a reflexionar sobre ello-, ya me daría por más que satisfecho..

Un saludo a todos los demás bloggeros implicados!!, ;-D

domingo, 20 de septiembre de 2009

LA PERSECUCIÓN DE JUDAS



POR LOS TIEMPOS de Cuaresma, en todos pueblos (14) conjuntamente del valle de Valdivielso se conmemora la traición de Judas al Maestro, poniendo en escena la “Persecución de Judas” que consiste en destinar un vecino de entre todas las localidades de la Merindad a representar a Judas para ser perseguido y finalmente habido y castigado por su divina traición. Primero se localiza al vecino, lo más feo y desgarbado posible que, además, se adaptará convenientemente para representar el papel estelar de la “comedia” y el resto de los vecinos harán de comparsa.
Da comienzo la farsa cuando Judas es invitado a que se ausente, provisto del medio de locomoción que él mismo haya elegido y después de un tiempo convenido, el resto de los vecinos que individualmente ha elegido sus medios, salen disparados en su persecución; encontrarle y apresarle tiene premio pero el apresador no se presentará con el reo hasta la última hora del último día cuaresmal, y la simulación del castigo correspondiente constituye la fiesta final, del primer día de la semana siguiente que caerá en lunes, con lo que se dan por terminados los festejos.
Hasta aquí el programa anual, pero en la cuaresma de este año de 1927, siendo yo sacristán de la parroquia de Valdenoceda, la farsa terminó en tragedia. La caracterización de Judas estuvo tan bien amañada por Eugenio (un vecino de Santaolalla) que fue confundido por el Judas real por una vecina disminuida mental que sin mediar palabra la emprendió a palos al encontrarle dormido en su pajar.
Salió corriendo, como loca, gritando “he matado a Judas, he matado a Judas. Ni que decir tiene que la fiesta acabó aquí aquel año, con Eugenio en el Hospital provincial de Burgos, en el que tardó en reponerse cuatro largos meses. En años sucesivos quedó “La Persecución de Judas” en suspenso por el doloroso recuerdo del magullamiento de Eugenio. No fue hasta después de la guerra que se reanudó la farsa.

Bloggero Invitado: Avi

domingo, 17 de mayo de 2009

FIESTA MAYOR..




Por la fiesta mayor de Villarcayo, Nuestra Señora de Agosto, además de otros festejos, se celebran corridas de toros en improvisada plaza de madera perfectamente desmontable para poder ser retirada tan pronto terminan aquellos. Yo no he sido nunca cliente de la fiesta de los toros; quiero decir que no se ha podido contar conmigo para el sostenimiento económico de la misma, pero sí entusiasta, como lo eran todos los chiquillos de Villarcayo y los pueblos aledaños. Hoy (remítase el lector a la fecha de apertura de estos apuntes), casi me he pasado al campo de los detractores; siento mucho cariño por los animales y me dan mucha pena las bestias maltratadas; eso, no obstante, admiro a los toreros en general y a alguno en particular por su arte y valentía. Los chicos nos tomábamos verdaderas rabietas si no nos dejaban ir a los toros, y mis abuelos eran tajantes; no se me había perdido nada en Villarcayo y por lo tanto en casa y a callar.
Blas y Antonio, los hijos del Sr. Sebastián, el Alpargatero tenían también el mismo problema pero les prometió dejarles ir si conseguían que el Sr. Santos dejase ir a su nieto Manolo; aún a regañadientes, consintió al fin y los tres junto con Emeterio del Sr. Dalmacio y el Dioni, sobrino de D. Diógenes, el cura, emprendimos carrera allá después de comer, el camino de Villarcayo brincando y saltando, considerándonos los más felices del mundo; si algún otro viandante se cruzaba en nuestro camino y nos preguntaba a donde íbamos, la contestación era, ¡ a los toros ¡ y nos extrañaba que algún otro mortal fuera en dirección contraria. Nuestros progenitores ya hacían bastante con permitirnos marchar por lo que no se consideraban obligados a nada más, así que a ver como nos las arreglábamos para ver los toros sin entrada que tampoco hubiéramos podido pagar; confiábamos en encontrar alguna rendija entre los tablones de suficiente anchura para ver, por lo menos simultáneamente los dos cuernos del toro aunque esto se tuviera que conseguir con un solo ojo. Las rendijas que pudiéramos llamar menos malas estaban solicitadísimas. A pesar de todo nos hicimos con una bastante buena y conseguimos ver la corrida por turnos y siempre en parcelas. Esta manera tan peculiar de presenciar una corrida en precario no impidió que narráramos a cuantos quisieran escucharnos, las incidencias de la misma con pelos y señales como si hubiéramos ocupado asientos de sombra al lado del palco presidencial.
La tarde estaba apacible y el cielo despejado, así que en casa no temían por nosotros en cuanto a las inclemencias del tiempo se refiere, aunque hubieran albergado otros temores. Terminada la corrida nos dispusimos también a disfrutar del barullo que sabíamos se tenía que producir a la salida de los de dentro en su encuentro con los de fuera. Hoy los espectáculos de masas lo mismo tienen lugar de día que de noche; en el caso de los partidos de fútbol, por ejemplo, porque se dispone de iluminación suficiente por muy negra que sea la noche, pero entonces las corridas de toros eran incuestionablemente después de comer y terminaban mucho antes de que anocheciera. Nos quedaba tiempo para darnos una vuelta por la feria de festejos antes de emprender el regreso y mientras esto hacíamos se cubrió el cielo de negros nubarrones y en menos de cinco minutos empezó a descargar un aguacero impresionante.
Se produjo un gran alboroto entre los feriantes, sus tenderetes, los visitantes y los que aún estaban saliendo de los toros; unos corrían hacia el norte, otros hacia el sur, pero los más en un minuto habían encontrado cobijo y estaban a buen recaudo contemplando el espectáculo tímidamente asomados a las ventanas, las puertas entreabiertas o bajo un buen cobertizo.
Nosotros encontramos refugio en los soportales del Ayuntamiento y tan pronto como escampó emprendimos, a buen paso, el camino de regreso a casa con la seguridad de llegar a pleno día; acabábamos de pasar por Horna cuando nuevamente, y esta vez sin previo aviso descargó otro aguacero no menos impresionante que el anterior con el agravante para nosotros de que ahora no teníamos nada que poner entre la lluvia y nuestras cabezas y así llegamos a casa completamente empapados.

Bloggero Invitado: Avi

domingo, 3 de mayo de 2009

NOVILLO "A LA FUGA.."



En las grandes dehesas de Salamanca se crían hermosos ejemplares de novillos destinados a ser lidiados en los grandes cosos de Madrid, Bilbao, Barcelona y otros mas modestos del norte de nuestra España; algunos de esos novillos salen con la inclinación equivocada y como castigo se les coloca en la cadena alimenticia, como consecuencia de lo cual son enviados a los diferentes mataderos para un destino más humilde y trágico que los hermanos que sí cumplieron. El final es el mismo pero el de estos llena de orgullo a sus progenitores. Uno de aquellos recaló en mi modesto establecimiento de venta de carnes al por mayor.
Naturalmente, para no tener que añadir al coste de la “pieza”, el de su manutención, se imponía el trágico (para él) destino del sacrificio. Los irracionales carecen de sentimientos, se dice, pero yo no estoy tan seguro de ello; empezó a mirar y remirar a uno y otro lado siguiendo mis movimientos y temiéndose lo peor se percató de que accidentalmente la puerta de la calle estaba abierta; se le encendió la luz, esa cuya corriente llega de Santa María de Garoña y sin darme tiempo a reaccionar de dirigió, como un rayo, hacia la puerta abierta y ya en la calle emprendió veloz carrera.
No era cosa de dejar que se saliera con la suya, aunque la suya fuera muy legítima, cuando se cansó de deambular por las calles de la población con nosotros (mis dos empleados y yo) a la zaga, salió a campo abierto y ante el gratis espectáculo que estábamos dando, se sumaron a la persecución algunos vecinos. La fiera estaba siendo acosada desde varios frentes y los que primero nos cansamos fuimos sus perseguidores, consecuencia de lo cual empezamos a pensar en buscar y encontrar otro sistema para reducirla.
Fue tal el barullo que armamos, en la zona, que hubo de enterarse la Guardia Civil cuyo cuartel no lejos se encontraba. El comandante del puesto cuando hubo tomado buena cuenta de cómo estaban las cosas decidió que se imponía la necesidad de abatir la bestia para evitar males mayores y así requirió los servicios de su ayudante, que no ha mucho había ganado un concurso de tiro y de un solo y certero disparo abatió la fiera, dando por terminado el espectáculo y dispersándose, el público asistente, a sus respectivos domicilios.
Fui a casa a buscar el carro y los vecinos que aún no se habían marchado me ayudaron a cargarle. No fue el último novillo que se sacrificó en mi establecimiento pero en todos los demás casos tuve buen cuidado de tener bien “atracada” la puerta de la calle.

Bloggero Invitado: Avi.

domingo, 29 de marzo de 2009

LA INFORMÁTICA Y YO


Nadie ni nada es perfecto: viene a cuento porque ni el elemento manipulado ni el manipulador se encuentran en las condiciones óptimas para sacar lo que se pretende de ellos; me estoy refiriendo a la informática. En el aprendizaje de todo lo referente a este tema se suele empezar la casa por el tejado. Puntualicemos: Primero el manipulador, por lo general, si no ha empezado la carrera por el verdadero punto de salida, desde el cual el camino se encontraría liso y llano, pronto encontrará un obstáculo tras de otro. Se pretende que los infantes, desde su más tierna infancia, empiecen a familiarizarse con el elemento, pero conseguido esto debe hacerse punto y aparte y retomar el principio, es decir no seguir adelante sin antes aprenderse, poco menos que de memoria, todo el idioma ingles, que es la llave para adentrarse en la fortaleza, mal que nos pese. Otro punto importante del que pretende ser perito en la materia es la manipulación del teclado con soltura. El 80% de los españoles posee un ordenador en casa y se vale de el, una vez ha instalada la comunicación inalámbrica, para establecer relación con su entorno y se conforma con preparar los correspondientes mensajes aporreando las teclas con el dedito pulgar de cada mano, cuando no de una sola mano, sin parar en que le sería tan cómodo y elegante hacer trabajar a todos los dedos de las dos manos. Por ahí hay que empezar en este punto. En el caso de los profesionales que desarrollan su labor en centros oficiales esto es así: Empezaron por aprender cual era la tecla que correspondía a cada dedo, hecho lo cual, ejercicio tras ejercicio, hasta conseguir especializarse en esta importante parte de la informática. Recuerdo que en el colegio allá por los años treinta del pasado siglo teníamos una Rémington en las clase y cada alumno era maestro de si mismo, en esta asignatura, previa la distribución del tratado que se titulaba “Escritura a Máquina por el sistema Pan dactilar” y rivalizábamos en la rapidez de nuestros escritos. Eso sí, eran, ni mucho menos, silenciosas y todo el que pasara por la calle contigua no se podía sustraer, si estando en la estación de la canícula nos veíamos obligados a tener las ventanas entornadas, al monótono tras las varillas del teclado. Afortunadamente al arrinconarse la escritura a máquina en favor del moderno sistema computador se tuvo la feliz idea de conservar, para la nueva máquina, la misma ordenación del teclado y con ello se ganó un preciado tiempo de acoplamiento. Hasta aquí “El manipulador” en cuanto al “Elemento manipulado” será objeto de otro análisis porque, de perfecto nada, aunque, en principio, parezca milagroso.

Bloggero Invitado: Avi.

jueves, 12 de marzo de 2009

EL CERDO, EL CARRO Y LA JACA.




Mi cuñado Ramón que era el inmediatamente anterior de los hermanos de vuestra abuela, trataba también en ganados como Isidro y José, pero no estaba asociado a ellos; era muy diestro en el oficio; no contento con eso decidió, también, dedicarse al arte chacinero y a tal efecto compró a D. Manuel Cunill una fábrica de embutidos que este poseía en la calle del “Plá de Valenyá”, incluido el inmueble que la contenía. Enseguida, con su buen hacer, revitalizó la industria que se encontraba en periodo agónico y la llenó de maquinaria para toda clase de operaciones chacineras; en el piso alto del inmueble disponía de magnífica vivienda y allí nacieron sus tres últimos hijos.

Se cuidaba personalmente de proveerse de ganado de cerda para la elaboración de sus productos y aquí voy al caso que me atañe y por el que narro este inciso. En una Masía de Espinelvas, a unos veinte kilómetros de Calldetenes, compró un cerdo de proporciones gigantescas y enseguida se le presentó el problema del acarreo de la “fiera” hasta la fábrica; ordinariamente ya disponía de sus medios, pero este caso se salía de lo normal. Para mi desventura se enteró de que un poco tiempo antes nos habíamos comprado un carro que acondicionado debidamente, nos hacía el servicio de transporte de nuestras víctimas y enseguida pensó que aquí estaba la solución de su problema; vino a proponérnoslo enseguida, pintándonos el servicio como un simple paseo recreativo y ocultándonos que el animalito pesaba más de 120 kilos.
Enganché mi jaca al carro y salí de mañanita camino de Espinelvas sin apresurarme demasiado, contando con que me esperaban en destino no antes de las once horas, según previo aviso de mi cuñado Ramón.

Salimos del recinto amurallado de la fortaleza sin que los guardias de la puerta se apercibieran de nuestra presencia; solo cuando nos encontrábamos ya lejos oímos ruidos alarmantes y algún que otro arcabuzazo, por lo que sospechamos, la jaca y yo, que en el castillo habían descubierto nuestra escapada; esto es lo que soñé durante la noche, pero la realidad fue mucho más moderna y con total ausencia de romanticismo; la cabeza y las patas de la caballería seguían un ritmo acompasado y cansino, las patas seguían un paso lento como de maniobras militares y la cabeza decía que sí sin perder el compás; pasamos por S. Julián de Vilatorta y emprendimos la carretera de San Sadurní pasando por “La Cantina” y antes de llegar a Espinelvas vimos un grupo de gente en el lugar donde había un pequeño rebaño de ovejas, alguna caballería y, sobre todo, un enorme cerdo; al llegar a la altura del grupo, uno se me acercó, usted debe de ser el cuñado del Sr. Ramón, por las señas que de usted me ha dado, efectivamente, yo soy, pero no hubo el beso de Judas, tal como ocurriera allá por los años treinta de nuestra era.

Resultó, pues, que conscientes de las dificultades que entrañaría dar con la casa en cuestión, me esperaba a pie de carretera acompañado de dos de sus vecinos y la chiquillería de todo el vecindario; el dueño de la bestia era el Sr. Bartolomé (Bartomeu); estaba su mujer Enriqueta y los vecinos Domènech y Feliu; después de los saludos de rigor, me enseñó el enorme cuadrúpedo diciéndome, este el cerdo que se tiene que llevar; no me causó, en principio, sobresalto alguno el enorme volumen del animal, puesto que por dimensiones se suponía que cabría holgadamente en el carro y que de arrastrarle se encargaría mi simpática jaca que, entretanto, ya le había colocado el morral con cebada abundante para que comiera cuanto quisiera; no teníamos acondicionamiento para que subiera por su propio pié el animal, por lo que se imponía la fuerza de los hombres para alzarle y hacerle subir hasta la altura de la plataforma del carro, donde tendría que ir alojado; entre el grupo se encontraba el cerdo mordisqueando la hierba en plan pacífico y jugueteando con las ovejas y los perros, por lo que nada hacía presagiar la tormenta que nos esperaba; nada más tratar de ponerle la mano encima se mostró inquieto e intransigente, así nos puso de manifiesto que la faena no sería tan sencilla como en un principio parecía; el primer intento fue fallido, pero sirvió para que comprendiéramos que nos tendríamos que emplear a fondo entre los cuatro hombres y la colaboración de la Sra. Enriqueta; entre la contundente negativa a dejarse manipular y las dificultades de todo orden que se nos presentaron, conseguimos, finalmente, colocarle en la plataforma de carro y me dispuse, seguidamente, a colocarle los tablones laterales de seguridad y los amarres de inmovilidad, contando con que se me acostaría y se pondría a dormir plácidamente.

Le quité el morral a la jaca y previos los despidos y agradecimientos de rigor me dispuse a emprender el camino de regreso; en cuanto el carro se puso en marcha, la bestia empezó a ponerse crecientemente inquieta y le costó muy poco romper las amarras de seguridad, dedicándose seguidamente a atacar sañudamente los tablones de limitación y finalmente, libre de obstáculos, saltar a la carretera y emprender veloz carrera. Afortunadamente solo habíamos avanzado unos doscientos metros y los componentes del grupo seguían allí presenciando el drama; salieron los hombres en persecución de la bestia, mientras yo conducía nuevamente el carro al lugar de la carga, para tratar, ingenuamente, repetir la operación, después de arreglar, buenamente, los desperfectos y contando con que los hombres no tardarían en llegar con el “animalito”; no debió ser muy fácil, porque volvieron sudorosos trayendo consigo al reo. Nuevo intento en las mismas condiciones y nuevo fracaso con idéntico resultado. Decidimos que el transporte de aquel “dinosaurio” requería unos medios adecuados y no lo intentamos más.
Así que me despedí de aquellos simpáticos y emprendedores vecinos de Espinelvas y emprendí el camino de regreso a casa un tanto avergonzado por el contundente fracaso de la misión que se me había encomendado; pero no vayáis a creer que se acabaron aquí las desdichas de este aciago día. Marchaba plácidamente por la carretera pensando en qué y cómo se lo diría a Ramón, que estaría esperando la mercancía con todo preparado para su sacrificio y manipulación, cuando, de pronto, se para la jaca sin que yo se lo ordenara y sin querer arrancar de nuevo pese a mis apremios; en lugar de eso, se acostó en medio de la carretera y casi dio conmigo encima de su grupa; el hecho de acostarse no fue tan suave que no se le vinieran las barras del carro encima, con lo que, además de no querer levantarse, tampoco podía hacerlo de no ser desenganchado previamente de los arreos que la aprisionaban a las barras.

La situación resultaba un tanto cómica y a la vez trágica; me encontraba solo con mi absoluta inexperiencia en estos casos; la vía era simple carretera comarcal y no pasaba un solo vehículo, cuyo conductor pudiera prestarme ayuda, así que llamé a la “necesidad” y acudió presta en mi auxilio; había que apresurarse en sacar al noble animal de aquel atolladero, pues era evidente que estaba sufriendo; se ponía nervioso y me dificultaba la operación del desenganche de los arreos, habida cuenta de que yo también me encontraba un tanto nervioso y excitado; la libré, por fin, de las ataduras y uniendo mi esfuerzo al suyo, cuando se cansó de aquella situación, logramos que se pusiera en pié; se tranquilizó mientras yo ponía en orden el desaguisado, se acercó a la cuneta y mordisqueaba la hierba, señal evidente de que la causa de su mal había quedado, por lo menos, en suspenso; la enganché de nuevo al carro no sin alguna dificultad y nuevamente emprendimos el regreso a casa; antes de llegar hizo amago de pararse en dos o tres ocasiones más, pero la cosa no llegó a mayores.

A un vecino nuestro, veterano en estas lides, le expliqué lo que me había pasado y quiso saber lo que había comido; al explicarle lo de la cebada y el morral, diagnosticó cólico agudo que le produjeron violentos retortijones de barriga, con lo que fue milagro que la bestia acabara de llegar a casa en medio de aquel tormento; las personas compaginamos las ganas de comer con la necesidad de hacerlo en cuanto a cantidad y forma, pero las bestias carecen de estos razonamientos; tenía que haberle llenado el morral de paja revuelta con una cantidad prudente de cebada y no se hubiera empachado de ésta.


Bloggero Invitado: Avi.

domingo, 25 de enero de 2009

LA GRAN TRAVESURA


Prestad atención y asombraros porque me dispongo a narraros una de mis más sonadas travesuras que pudo terminar en tragedia a poco que la Divina Providencia nos hubiera abandonado.
Con David, el hijo de Caridad y nieto de doña Amalia, propietaria de la fonda “La Gloria del Valle” y Nemesio, el de Quintana, nos escapamos (en casa no nos hubieran dejado) a la “Fuente Marfil” con la malhadada intención de subir, como fuera, a todo lo alto del gran peñasco que forman el impresionante roquedal del cañón de “Los Hocinos”, donde habíamos visto volar a los buitres y presumíamos habría más de un nido en las cuevas que formaba los huecos de las peñas. Sin entrenamiento ni preparación alguna y sin instrumentos de ninguna clase emprendimos la ascensión cuajada de dificultades. Los buitres, entonces, no era especie protegida y, por el contrario, se premiaba al que diera muerte a algún ejemplar. Comprendimos que no podríamos subir uno detrás de otro pues los desprendimientos que provocáramos podrían herirnos, así que iniciamos el ascenso por tres distintos sitios.
Habíamos visto desde abajo lo que parecía una cueva donde muy bien podría estar lo que buscábamos y lo señalamos enseguida como nuestro castillo a conquistar. He vuelto ya dos o tres veces de bien adulto al lugar de los hechos y no puedo comprender cómo pudimos realizar esta hazaña propia de escaladores experimentados, cuando nosotros no éramos más que unos traviesos muchachos de apenas diez años de edad. Como habíamos previsto, la escalada estaba llena de dificultades, en algunos lugares en la más absoluta verticalidad, tal que, en algunos momentos, me pasó por la mente abandonar, cosa que debió ocurrírseles, también, a mis compañeros, pero ¿dónde estaba la valentía de que hacíamos gala?, así que seguimos adelante y después de más de una hora transcurrida desde el comienzo de la escalada, y de haber puesto en peligro nuestras vidas, llegamos a la vista de la cueva donde, al asomarnos, vimos que, efectivamente, allí, en el fondo, había una gran camada compuesta de toda clase de desperdicios arbóreos en la que retozaban tres enormes polluelos de buitre leonado que al vernos se revolucionaron, de tal modo, que parecían dispuestos a vender caras sus vidas.
Durante la escalada habíamos visto pasar y repasar en vuelo rasante a los buitres que, como comprendimos después, eran sus padres que pretendían proteger a sus crías contra los intrusos, que éramos nosotros, y hasta llegaron a realizar amagos de ataque en picado, con lo que comprometía nuestra empresa más de lo que ya lo estaba. Los polluelos ya no eran tales sino que revestidos con todos sus atributos de adultos parecían dispuestos a emprender su primer vuelo. Como nuestra presencia no desaparecía sino que se hacía, para los polluelos, más y más evidente, el estruendo de sus lamentos y aleteos se hacía ensordecedor; si a esto añadimos los desgarradores graznidos de sus padres desde fuera y nuestros esfuerzos por apodarnos de uno de ellos, tendremos el cuadro del momento culminante de nuestra aventura. Para justificar la crueldad de la escena que sigue, tengo que decir que a mis diez años no tenía muy bien aprendida la asignatura del cariño a los animales y el debido respeto a las criaturas de Dios, y lo mismo debía pasarles a mis compañeros de aventura.
Nos habíamos provisto de sendos palos y mientras uno defendía la entrada del ataque de los padres, los otros dos atacamos al que, de los tres, nos pareció más débil, y conseguimos abatirle. No seríamos creídos por nadie en el pueblo, y mucho menos por los otros chicos de la escuela, si no presentábamos pruebas de nuestra hazaña, así que se imponía cargar, como fuera, con nuestro trofeo y emprender el arriesgado descenso. Las penalidades que sufrimos en la escalada se veían ahora aumentadas con la dificultad del volumen y peso del pajarraco; (resultó pesar cinco kilos y medio y medir metro y medio de envergadura); pese a todo, conseguimos coronar la hazaña con algunos rasguños y magulladuras, amén de algún que otro picotazo de los animalitos en su justa y propia defensa. Durante todo el tiempo que duró la escalada y el descenso estuvieron revoloteando y planeando en nuestro derredor los buitres padres en actitud amenazadora, indignados por lo que pretendíamos hacer y admirados por el esfuerzo que estábamos llevando a cabo para realizarlo.
Una vez en tierra firme conseguimos atar a un palo los extremos de las alas del ave y así se ponía de manifiesto su gran magnitud. Emprendimos la marcha triunfal hacia el pueblo, convencidos de que seríamos recibidos en loor de multitudes y premiados cual se merecía nuestra gesta. Abría la marcha David y le seguíamos Nemesio y yo, cargados los dos extremos del palo en el hombro de cada uno de nosotros. Las pruebas que pretendíamos presentar de nuestra hazaña, no resultaron tales, pues enseguida se nos acusó de mentirosos: el buitre lo habríamos encontrado muerto en algún paraje de “Los hocinos”. En casa fuimos castigados severamente por tan prolongada ausencia.
Don Hipólito nos pidió explicaciones y tampoco se creyó nada de nuestras pretendidas habilidades. Posteriormente se siguieron otras consecuencias aún más graves..
Nuestros compañeros de la escuela se reían de nosotros pero por si había sido cierto, los hermanos Peña, Eugenio y Restituto, hijos del Sr. Gonzalo, un transportista del “Barrio Pequeño”, a hurtadillas y con el mayor sigilo nos pidieron más explicaciones y, en la primera ocasión, intentaron la escalada. Eugenio, el mayor, se cayó desde considerable altura y quedó tendido en el suelo gravemente herido; su hermano Restituto se había quedado en tierra y, angustiado daba voces de auxilio con toda la fuerza de sus pulmones, pero nadie oía sus desgarradores lamentos..
Dejando a su hermano tendido inconsciente en el suelo emprendió veloz carrera hasta la fábrica y no tardó en encontrar al cartero que, en aquel momento, llegaba a la puerta de su casa, que era la primera del barrio de “La Fábrica”. Se pusieron en movimiento todos los vecinos y mientras unos iban en busca de su padre, los demás siguieron al chico a toda prisa y encontraron al herido ya despierto de su letargo y quejándose lastimeramente.
Cargaron con él de la mejor manera que supieron y antes de llegar a la”Peña del Aire” toparon con su padre que ya venía con la camioneta. También el médico había sido avisado y les esperaba en “El Parador”. Diagnosticó que había más de una rotura ósea y que tenía que ser intervenido lo antes posible. Le hizo la primera cura y su padre le llevó a Burgos en la camioneta. Desde el accidente hasta que pudo ocupar un puesto en el quirófano habían pasado más de diez horas y entre eso y la rudimentaria posición en la que fue trasladado fueron causa de que los huesos lastimados no recuperaran su posición correcta y le quedó un brazo impedido para su uso normal.

Bloggero Invitado: Avi.

miércoles, 7 de enero de 2009

El derecho al pataleo.


Creo que muchas mujeres, por no decir todas, estarán de acuerdo conmigo, en lo irracional que se vuelven la mayoría de los hombres cuando están al volante.
Ahh, y antes de que se me olvide.....hasta cuándo tendremos que aguantar que nos acusen de todos los males de la circulación? Si hay un atasco, la culpa debe ser de una mujer!, si un coche va lento en la vía: seguramente es una mujer!, si hay atasco en el parking: debe estar aparcando una mujer!, y desde luego cualquier cosa mala que ocurra, llevará aparejada el estigma de que sea lo que sea,... un desprendimiento, una granizada, una riada, o la caída de un meteorito,..siempre y cuando entorpezca la circulación, ha de ser y será...... por causa de una mujer...
Por otro lado, cuando los hombres "se juegan lo que sea" a que detrás de una maniobra "tonta" está una mujer.... acto seguido.. pasarán lentamente al lado del coche protagonista, para comprobar que efectivamente ha sido una mujer... y no solo eso, también para clavarle una mirada , no podrá faltar quien incluso baje la velocidad en extremo, para insultarle, gritarle, o cuando menos recriminarle algo que en la mayoría de los casos, no sabemos qué hemos hecho mal.....?
Así de triste es la realidad de todas las mujeres que nos enfrentamos a la tarea de circular en lo que parece una selva para hombres.
Ahora bien,.... los hombres que se creen con el absoluto derecho al pataleo, cuando ocurre algo en la vía, obran exactamente del mismo modo. Me explico..... desde hace años he observado la siguiente conducta, .... pongamonos en situación: yo, mujer voy de aocmpañante en el coche, que conduce un hombre, y otro coche al lado nuestro hace una maniobra de dudosa legalidad, (y a veces no tanto), acto seguido, el conductor a quien acompañamos se pone de todos los colores, y se enfada a tal extremo, que aumenta la velocidad, para ponerse al mismo nivel que el "graciosillo" que ha hecho la maniobra,..... cuando llega a su nivel, (además de verificar que ha sido una mujer, como acaba de apostar), se mantiene a la misma velocidad y dirige su mirada hacia.... el conductor del otro coche.......SÍIII, no mantiene los ojos en la carretera, como sería lo prudente, y seguro,..NOOO, ....insiste con la mirada hacia el otro conductor para clavarle esa daga de la que hablé antes... pero allí no termina la cosa,.... le insulta, le grita, le recuerda a toda su familia..... y todo esto....CON LOS CRISTALES DE LAS VENTANAS ARRIBA,.....!!!... en definitiva.. que a quien le han roto los tímpanos.... y la que se ha "comido" toda la bronca, es la acompañante.... además de llevar los ojos desorbitados porque vé que el coche sigue circulando por la inercia.. porque desde hace varios minutos, nuestro compañero solo lleva las manos al volante..... y los ojos clavados en el coche vecino......
Alguien me puede explicar, cuál es el sentido de semejante conducta?.....Os diré que me he encontrado en esta situación una infinidad de veces, y francamente no termino de explicarme esta conducta,....a ver....para que gritarle al conductor del otro coche, cuando en la mayoría d elos casos, ni siquiera se dá cuenta de lo que pasa.....?..... para que poner de los nervios a la persona que va al lado, que vé que el coche "va solo" en la vía?.... porque tenemos que aguantar no solo los nervios de la maniobra del vecino... sino también la bronca de nuestro compañero para el vecino....(que nunca escucha porque los cristales están arriba).
Hace unas semanas cambié de trinchera.... sin quererlo obviamente..... Os cuento, iba por la autovía, con un atasco monumental,... iba en el carril central.... nos movíamos todos lentamente....me interesaba permancer en ese carril, porque los 4 carriles se dividirían más adelante en dos vías, y prefería estar a la derecha de mi vía,.... al cabo de un rato, noto que un coche se me pega por el lado derecho y me pareció que tenía intención de meterse en mi carril, pero por el "punto muerto" que hay en el parabrisas no había visto luces intermitentes.... así que decidí más bien acelerar para dejarle un hueco detrás de mi coche para que se metiera, ya que frenar en esa situación para que pasase delante mío no me pareció seguro, por el que tenía detrás.. y porque estaba tan atascado todo, que me pareció tonta su maniobra, ya que no iba a ir más allá de donde estabamos,... en fín, que así hice, y el coche se pasó detrás mío,.... pero inmediatamente se pasó para el carril izquierdo ( el rápido, pero que iba lento)... y qué creeis?... era un chico el que conducía, e iba acompañado de una chica,.....el chico adelantó su coche hasta ponerlo a la altura del mío (yo con el rabillo del ojo iba viendole, sin voltear mi cara), primero por seguridad, debía ver mi carril, y segundo, porque ya me imaginaba sus intenciones..... y efectivamente, el chico con los cristales arriba, iba sacando su cabeza y mirandome fijamente, pero yo en ningún momento me dí por aludida, (su compañera se reclinaba en su asiento hacia atrás, todo lo que podía, hasta que........... sí, adivináis, Mr. Pataleo... chocó el coche que iba delante suyo.... así que allí terminó todo,... y sus prisas..... se convirtió en el protagonista de la noche, produciendo un atasco mayor, solo por quere pegarle la bronca a una mujer que conducía.....a todo esto... aún no sé que fue lo hice mal????............


Bloggera Invitada: Grethel

martes, 6 de enero de 2009

SIEMPRE PREFERIMOS EL PLATO QUE LE SIRVEN AL DE AL LADO


Es curioso, pero ésta es una máxima que siempre o casi siempre se cumple: no sé en realidad por qué, quizás sea porque si no dudásemos, no avanzaríamos, pero la realidad es que prácticamente siempre, y curiosamente, después de haber pedido un plato en un restaurante acabamos prefiriendo el que le han servido al comensal de al lado, a tal punto que algunos, incluso, llegan a pedir que se lo cambien por aquél..

No pretendo ser especialmente extenso en esta entrada, pues ya está dicho lo principal al respecto, pero, ¿cuál pensáis vosotros que puede ser el motivo último, en realidad, de que casi siempre se acabe pensando que habría sido mejor pedir el plato del vecino que el que ha pedido uno mismo..? ¿el egoísmo humano..? ¿la propia inseguridad..? ¿el pensar que los demás saben pedir mejor que nosotros..? ¿el gusto por lo “ajeno”..?

Lo único cierto y claro aquí es que, por algún motivo desconocido, siempre acabamos sintiéndonos más atraídos por el plato del vecino que por el nuestro.. Eso sí, al menos, mientras sólo se trate del plato, el hecho no es grave y tiene fácil solución (cambiarlo o pedir el otro la próxima vez que se acuda a dicho restaurante), el problema viene cuando “es otra cosa del vecino” la que te gusta más que “la tuya”.. 

Bloggero Invitado: Ignacio.

EN LA PISCINA


En este caso me voy a referir a la conducta, de nuevo ilógica, que suelen seguir las personas en la piscina del Gimnasio a la hora de nadar, por ejemplo, en un carril en el que hay 3 personas, 2 de las cuales son claramente más lentas que la 3ª.

El caso es el siguiente (lo cuento en 1ª persona porque, no siendo yo, en absoluto, el hombre más rápido del mundo nadando, sí suelo ser de los más rápidos a nivel “amateur” o, por lo menos, de entre los que entrenan a 1ª hora de la mañana en la piscina de mi gimnasio..): en el momento en el que entro en la piscina y veo que hay 2 personas en cada carril, ya sé que, si quiero nadar, deberé compartir carril con otras dos personas más, es lo que hay.. Dicha circunstancia no sería realmente determinante si no fuese, como digo, por la “mala conducta” o “falta de educación” que tiene mucha gente (la mayoría, diría yo incluso), a la hora de compartir carril con otras 2 personas.

Así las cosas, yo, que suelo nadar claramente más rápido que las otras 2 personas del carril, me encuentro, constantemente, en la siguiente tesitura: cuando estoy llegando a uno de los bordes (u “orillas”, como les suelen llamar) de la piscina, constantemente, una de las otras dos personas llega “a la par” que yo a dicha orilla, si bien unas décimas de segundo antes (y no porque sea más rápida que yo sino, simplemente, porque en el mismo tiempo he nadado más piscinas que ella y, en ese momento, estoy volviendo a llegar a su altura..); pues bien, en esos casos, dicha persona, en lugar de esperar unas décimas de segundo a que yo salga delante de ella (recordad que en las piscinas se nada siempre por la parte derecha del carril, tanto a la ida como a la vuelta y que, por tanto, hay que pasar de una parte del carril a la otra tras llegar a la orilla contraria), va y sale delante de mí (pareciera que sólo para fastidiar), y ya está el lío montado: si hubiese esperado a que saliera yo delante, no habría habido ningún inconveniente para nadie, pues yo nadaría a mi ritmo, ella al suyo y nadie molestaría a nadie..; pero en este caso, en cambio, lo que esa persona me acaba de hacer es lo que yo llamo el clásico “bocadillo”, es decir, si salgo detrás suyo, en un segundo estoy encima de ella, y no puedo nadar a mi ritmo, tengo que ir al suyo, porque VIENE LA 3ª PERSONA EN SENTIDO CONTRARIO, DE FRENTE, y, por tanto, no puedo adelantar, so pena de chocarme con dicha 3ª persona; y si no salgo y espero a que la 2ª persona nade, al menos, una parte del largo, pierdo el ritmo igualmente ¿comprendéis la “putada” que me acaba de hacer..?

Por tanto, y por culpa de maniobra tan egoísta, me veo obligado, o bien a esperar, o bien a ir al ritmo de la persona que “tan amablemente” ha decidido salir delante de mí, pese a saber bien que mi ritmo es mucho más rápido que el suyo y que, por no esperar unas décimas de segundo a que salga yo delante, me acaba de “cortar” (tal como suena), todo mi entrenamiento, simplemente por mirar sólo por sí misma y no por todos a la vez (que no se trata tampoco de que mire por los demás y no por sí misma, tampoco estoy pidiendo eso), ¿qué os parece a vosotros..? ¿creéis que se puede consentir un comportamiento tan egoísta..?


domingo, 4 de enero de 2009

LETANÍA DE LOS SANTOS


El valle de Valdivielso (administrativamente Merindad de Valdivielso) se compone de 14 encantadores pueblecitos que se pueden divisar de una sola “tacada” desde lo alto del puerto de la Mazorra. En todos, menos uno, ¿? destaca el campanario de sus humildes parroquias. Estas suelen ser pobres aunque no de solemnidad. A veces comparten las imágenes de sus santos dos o más de esos pueblos por aquello de la economía y la penuria y otras expresiones de este tipo.
En este caso se encuentran Vandenoceda y El Almiñé distantes un par de kilómetros. Poseen entrambos una imagen de la virgen que hubo de comprarse a escote porque las arcas del uno ni del otro pueblo alcanzaba la cantidad estipendiada por el imaginero de El Espolón en la muy noble capital de la provincia.
En la parroquia de ambas susodichas humildes localidades ya tenían preparado el pedestal correspondiente que tenia que albergar la venerada imagen pero al no disponer de ningún “sabio Salomón” para la partición “in mácula” del “cuerpo del delito”, en votación sereta se acordó que sería de Valdenoceda un año y de El Almiñe el siguiente, estableciéndose una rotativa que perdura en la actualidad (principios de 2009 de nuestra era).
Y aquí entra “la letanía de los santos” Cada año, por La Purísima es traslada la imagen en procesión del uno al otro pueblo recitando, en cantinela, la interminable letanía de los santos que suelen ser todos los del Martirologio Romano y algunos mas que se agregan de reciente santificación. De esta manera: El sacerdote revestido adecuadamente para el caso entona la letanía diciendo, a grito pelado, Santa Micaela y responde el pueblo, cuyos habitantes están todos: Ora pro nobis. Santa Engracia: Ora pro nobis. Santa Susana: Ora pro nobis. Santa Gadea: Ora pro nobis. Santos mártires de Jerusalem: Orate pro nobis. One santes mártires de galilea: Orate pro nobis. San Alejandro: Ora pro nobis... La duración del traslado oscilaba entre la hora y media y las dos horas y al final quedaba instalada la imagen en la hornacina o el pedestal correspondiente dispersándose el pueblo fiel pacíficamente a sus casas. No queda dicho que la imagen, acomodada en la correspondiente parihuela, era trasportada a hombros por un escogido conjunto de fornidos muchachotes que no estaban excluidos de sumarse al coro del Ora pro nobis.

Bloggero Invitado: Avi

CONDUCCIÓN (1) –ABRIRSE HACIA EL LADO CONTRARIO PARA GIRAR


Ésta va a ser la primera entrada de una de tantas que tengo en mente escribir sobre el tema de la Conducción, que es un tema que “da mucho juego” para un Blog como éste..

En este caso, empezaré por una “sencilla”: ¿por qué mucha gente, cuando se va a meter a la derecha, se abre hacia la izquierda para hacer la maniobra, y viceversa (hacia la derecha cuando se van a meter a la izquierda)..?

Esto es algo que jamás he conseguido comprender: si uno va por un carril (recordemos que todos los carriles están convenientemente marcados en las calles de cualquier ciudad), y todos respetamos –ellos incluídos-, en todo momento, las dimensiones del carril, y no nos salimos nunca de ellos para nada (excepto para cambiar de carril, obviamente..), ¿qué les hace pensar a ellos que, al llegar a la confluencia en que ellos deciden girar a la derecha (o hacia la izquierda), pueden abrirse “impunemente” hacia el lado contrario y pasar a ocupar un trozo del carril adyacente –por supuesto, sin fijarse nunca si viene alguien por ese otro carril-, como si no pasara nada, simplemente porque consideran que eso facilita su maniobra..? Es decir, si el carril de su izquierda, por ejemplo, está totalmente ocupado por vehículos que pasan constantemente, ¿qué les hace pensar a ellos que, para girar a la derecha, pueden invadir parcialmente el carril de su izquierda sin problema alguno, sólo porque ya han avisado de que iban a girar hacia la derecha..???? Por el hecho de haber avisado de dicha maniobra, el vehículo que circula inmediatamente detrás de él y por su mismo carril, sí estará pendiente de ella y, probablemente, disminuirá su velocidad para facilitar dicha maniobra, pero, ¿qué le hace a él pensar que lo mismo harán los del carril de su izquierda..? ¿por qué razón tendrían éstos que pensar que se va a ir hacia su izquierda para girar a la derecha..?

Y dicho todo esto, sólo me resta comentar que, el hecho de abrirse a la izquierda para girar a la derecha (y viceversa), es de mal conductor en general (a menos que se trate de autobuses, autocares o grandes camiones que, por su gran envergadura, tendrían serias dificultades para realizar la maniobra de forma “totalmente limpia”, esto es, sin abrirse hacia el lado contrario..).

jueves, 1 de enero de 2009

LAS BODAS ANTES Y AHORA



Los tiempos han cambiado y siguen cambiando constantemente a una velocidad vertiginosa si lo medimos con los parámetros de la evolución terrestre. En el terreno de las relaciones entre humanos, hace menos de un siglo, entre los cristianos, los hombres y mujeres se casaban para toda la vida sea cual fuere el resultado de la nueva situación y. como no había más remedio, envejecían juntos hasta que la muerte los separara; esto ni era bueno ni era malo, simplemente era. Cuando un hombre y una mujer decidían que querían casarse, con el consentimiento paterno de ambos, se seguía el siguiente procedimiento: El domingo siguiente a aquel en que habían tomado esta determinación se entrevistaban en la sacristía con el párroco, acabada la misa, y mientras este se despojaba de las sagradas vestiduras, le exponían sus pretensiones y después de demostrar que eran católicos practicantes, se concertaba la fecha de la boda que tenía que ser un domingo con asistencia de todos los feligreses presentes en la misa mayor, pero antes se tenía que poner en conocimiento de todos los vecinos, desde el púlpito, con la lectura de la proclama matrimonial durante tres domingos consecutivos, de esta manera: “Quieren contraer matrimonio según lo manda la Santa Madre Iglesia y el Concilio de Trento lo dispone; de una parte don…hijo de…y de…natural de…y vecino de…y de otra doña…hija de…y de…natural de…y vecina de…Si alguno supiese algún impedimento de consanguinidad, afinidad o principal parentesco está obligado a denunciarlo siendo esta la primera, segunda o tercera amonestación”. Como el matrimonio es un sacramento, ambos futuros contrayentes debían (y deben) confesarse previamente. Yo he presenciado todo este ceremonial muchas veces, desde mi puesto privilegiado de monaguillo. Hoy las cosas son muy diferentes y están simplificadas al máximo.

Bloggero Invitado: Avi

LA TAQUILLA EN EL VESTUARIO


Una de las conductas “ilógicas” de la gente que más me han llamado la atención toda la vida, es la siguiente: ¿por qué cuando estás cambiándote en el vestuario de un gimnasio, y están prácticamente todas las taquillas libres, la persona que entra a cambiarse detrás de ti se sitúa justamente en la taquilla CONTIGUA a la tuya..? Esto es algo que no he llegado a comprender jamás, ya que, a partir de ahí, todo son problemas para cambiaros los dos, no hay espacio para ninguno, es un lío para poder ir dejando la ropa en el banco (hay que ir metiéndola toda en la taquilla a medida que te la vas quitando, porque no hay espacio afuera) y, mientras tanto, observar con incredulidad cómo todo el resto del vestuario (y, por tanto, del propio banco en el que tú te estás cambiando, así como en todos los demás) está vacío, sin nadie, totalmente libre y desocupado.. ¿Vds. lo entienden..? La verdad es que yo no.. incluso he llegado a pensar si es que esa gente pensará que “la que está junto a la tuya será que es “mejor” que las demás, ya que tú, la única persona presente en ese momento en el vestuario, la has escogido y, quizás las demás no son tan buenas..”, no sé, es lo único que se me ocurre..

Y lo mismo vale para el mismo fenómeno pero con la diferencia de que, aunque tú no estés cambiándote en ese momento, sí es igualmente cierto que la tuya es la única (o casi la única) taquilla ocupada del vestuario –lo cual se ve, obviamente, porque es la única que tiene el candado puesto- y, sin embargo, el “recién llegado” decide también “acomodarse” en la taquilla contigua a la tuya: resultado: el mismo que antes, con la diferencia de que, al principio, él se cambia solo pero, Ley de Murphy, seguro que al final del ejercicio los dos vais a coincidir de nuevo en el vestuario, con los consiguientes mismos problemas expuestos anteriormente.. en fin, cosas de la gente..
 


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